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Educación de calidad a los niños y niñas de Fonbaya en un contexto de crisis humanitaria

En medio de la crisis profunda y compleja que atraviesa Haití, la educación se ha convertido en refugio y esperanza para miles de niños y niñas. Frente a las consecuencias de la violencia perpetrada por los grupos armados y los desplazamientos forzados, comunidades como la de Fonbaya centran sus esfuerzos en garantizar que la infancia no pierda su derecho a aprender y a construir un futuro mejor.

Haití vive desde hace años una situación marcada por la inestabilidad política y fragilidad institucional, la violencia de las bandas armadas sigue en aumento y la población vive inmersa en una inseguridad alimentaria sin precedentes. Haití es también la nación más pobre de América Latina y el Caribe, según el Banco Mundial y tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, el vacío de poder ha ocasionado el deterioro aún mayor de las instituciones y de los servicios básicos, impidiendo a la ciudadanía el goce efectivo de sus derechos humanos. 

Hoy, las bandas armadas controlan cerca del 90% de la región metropolitana de Puerto Príncipe y su influencia se va extendiendo a otras regiones del territorio haitiano. Esto ha provocado que uno de cada tres haitianos tenga que abandonar su hogar en busca de seguridad. Estas familias viven en condiciones extremadamente precarias, muchas veces en campamentos improvisados y sin acceso adecuado a los servicios básicos.

El impacto en la sanidad y la educación está siendo devastador. Gran parte de escuelas del país se han visto obligadas a cerrar sus puertas o a transformarse en refugios de acogida a las familias desplazadas, lo que está privando del derecho a la educación a miles de niños y niñas. Apenas el 36 % de los hospitales sigue en funcionamiento, y más del 40% de la población de Haití enfrenta inseguridad alimentaria aguda, sumado al escaso acceso a la electricidad, agua potable y servicios de higiene básica. 

En este contexto, nos encontramos con zonas rurales que sufren una fuerte presión demográfica debido a los desplazamientos de las familias desde las ciudades, sin la requerida respuesta estatal en la dotación de servicios, o la planificación territorial. Uno de estos lugares más golpeados por la crisis humanitaria es Fonbaya, localidad fronteriza en el departamento Oeste, donde viven principalmente familias deportadas desde República Dominicana y personas desplazadas internamente a causa del agravamiento de la crisis humanitaria en el país.

En Fonbaya sigue funcionando la Ecole Communautaire Reformiste Fond Ballard, una escuela comunitaria gestionada a través de un comité local. Aunque cuenta con reconocimiento oficial, no recibe apoyo económico del Estado y las familias no cuentan con los recursos necesarios para hacer frente al coste de los materiales de escolarización básicos. La escuela presenta carencias de infraestructura y de equipamiento necesario para garantizar la educación, enfrentando, además, el reto de asumir un mayor número de estudiantes debido al cierre de otros centros educativos en la región. Ante esta realidad, junto con nuestra organización socia en el país, el Centro de Desarrollo Sostenible [CEDESO], y el apoyo del Ayuntamiento de Tarragona, hemos puesto en marcha el proyecto “Garantizar el derecho a una educación de calidad a los niños y niñas víctimas de la crisis humanitaria en Fonbaya, Departamento Oeste de Haití”, para dar respuesta a las necesidades de acceso a una educación de calidad, a material educativo y de higiene básico, y a equipamiento mobiliario para la escuela, garantizando que 92 niñas y niños, incluso en estas circunstancias difíciles, puedan seguir accediendo a una educación de calidad. 

Y para ello, el compromiso local -profesorado, dirección del centro y padres y madres- ha sido clave, lográndose la mejora del equipamiento de la escuela comunitaria a través de la dotación de mobiliario y el reparto de 92 kits con material escolar al alumnado, implementando además una formación dirigida al profesorado, alumnado y familias de la escuela sobre equidad de género y saneamiento básico e higiene en emergencias para la mitigación del impacto de la crisis, y facilitando también el acceso a kits de higiene básicos a 45 familias en situación de mayor vulnerabilidad.

Es innegable que la infancia sufre de manera desproporcionada las consecuencias de los conflictos y las crisis, y que el derecho a la educación está en mayor riesgo, por lo que garantizar la educación en situaciones de emergencia es una oportunidad para el desarrollo de las niñas y niños en edad de escolarización, asegurando no solo el aprendizaje, sino también la protección física y psicosocial para sostener y salvar vidas ante un entorno de violencia como el que enfrenta la infancia haitiana

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