
Intercambio de experiencias ESS entre el Magreb y Catalunya: por una transformación con justicia de género
Poner el feminismo en el centro de los modelos económicos no es una opción, es una necesidad. Así lo demostraron las jornadas de intercambio organizadas en Barcelona por ACPP junto a sus socias del Magreb, TAMSS (Túnez) y UAF (Marruecos) el pasado mes de mayo. Durante varios días, se compartieron experiencias que muestran cómo la Economía Social y Solidaria (ESS), cuando se construye desde una mirada feminista e interseccional, puede convertirse en una herramienta real para enfrentar las violencias estructurales que atraviesan la vida de las mujeres. No se trató solo de hablar de un nuevo modelo económico, sino de cómo transformar las condiciones de vida desde el empoderamiento colectivo y la justicia social.
La ESS fue el eje común de todas estas experiencias. No como una respuesta puntual, sino como una propuesta estructural para transformar la economía desde valores feministas: cooperación, sostenibilidad, equidad, autonomía. Frente a sistemas que reproducen violencia y exclusión, la ESS ofrece formas concretas de generar empleo digno, redistribuir el poder y fortalecer redes de apoyo. En cada conversación, en cada práctica compartida, se reafirmó que otro modelo económico no solo es posible, sino que ya está en marcha desde los márgenes y con las mujeres en el centro.
Este intercambio se enmarca en el programa “Transitando frente a las violencias de género desde un enfoque regional”, financiado por la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament (ACCD), que desde 2022 impulsa procesos de empoderamiento en Túnez y Marruecos. No desde arriba, sino desde lo colectivo: apoyando un centro de acogida para víctimas de violencia de género que integra en su gestión dinámicas de ESS y un espacio de coworking para cooperativas de mujeres. Más que servicios, se trata de entramados de apoyo, economía y confianza mutua.
El trabajo de cuidados: entre la invisibilidad y la fuerza colectiva
Uno de los momentos más potentes del encuentro fue escuchar a Mujeres Pa’lante y Més que Cures, colectivos formados por mujeres migrantes que trabajan en el sector de los cuidados en Catalunya. Lo que compartieron no fue solo un diagnóstico sobre la situación de precariedad, racismo y abusos que sufren aún las trabajadoras del este sector, sino una muestra clara de cómo la ESS puede ser una vía real de organización y salida de esos ciclos de violencia sistémicos y respaldados por la informalidad. La mesa redonda organizada con el Ateneu de Hospitalet abrió una reflexión profunda sobre cómo dignificar el trabajo de cuidados, uno de los pilares invisibles de nuestra economía. Se habló de redes de apoyo, de la urgencia de políticas públicas que escuchen a las protagonistas, y del poder de lo colectivo para romper el aislamiento. La ESS, en estos casos, se mostró como algo más que una forma de producir: una manera de cuidar(nos) con justicia.
La ESS como motor de transformación y ambiental y social
Junto a organizaciones como Tarpuna y Germanetes Jardins d’Emma, se discutieron formas de integrar la sostenibilidad ambiental en los proyectos sociales y económicos, desde una lógica comunitaria, arraigada en el barrio y en el cuidado del entorno más próximo. Oxfam y Equimercado contribuyeron con una mirada crítica sobre comercio justo a nivel trasnacional, las relaciones económicas desiguales y las dificultades que confronta al competir con el mercado capitalista tradicional. En este contexto, el encuentro con Coopcat permitió abrir una conversación clave: cómo las federaciones de ESS no solo forman, sino que también articulan, fortalecen y multiplican el impacto político de las iniciativas locales. Desde la formación en escuelas hasta la interlocución institucional, el rol de estos espacios es crucial para que la ESS gane peso como alternativa estructural, no marginal.
La incidencia como acto político desde el Sur
Uno de los momentos más significativos fueron las reuniones de incidencia, moderados por representantes de ACPP en Cataluña y el Magreb y liderados por nuestras socias del Magreb, en reuniones con el Ayuntamiento de Barcelona y la ACCD. Ellas compartieron en primera persona los resultados del programa que están ejecutando, evidenciando que la ESS no es solo un modelo económico, sino una herramienta concreta para la autonomía y la justicia social. Sus voces ocuparon el centro del espacio institucional para mostrar cómo, desde sus territorios y luchas, están construyendo modelos viables de desarrollo local, feminista y solidario. Se visibilizó la necesidad de que las políticas públicas reconozcan y respalden estas experiencias, no como excepción, sino como base del cambio sistémico que tanto necesitamos.
Las actividades de intercambio vividas en Barcelona fueron una afirmación colectiva de que otro modelo es posible, y ya está en marcha. No perfecto, no fácil, pero profundamente transformador. ●
Imagen: Actividad de reflexión con diferentes entidades en Ateneu l’Hospitalet el 15 de mayo de 2025